El cambio

Acostumbro a ir acompañada de un cuaderno desde que tengo 12 años. Muchos de ellos los conservo todavía, otros se perdieron por el camino. Algunos ni siquiera son cuadernos propiamente dichos, apenas trozos de papel, servilletas o post-it.

Nunca sé cuándo, ni dónde ni por qué surgirá en mí la necesidad de expresarme.

Hoy por casualidad me he reencontrado con el que aparece en la foto, y al releer lo escrito me he preguntado quién era esa que se vaciaba a través de las letras. No me he reconocido. Ni en las reflexiones, ni en las emociones.

¿A quién pertenecían entonces?

¿Dónde está aquella que escribía?

¿Dónde fue?

¿Cuándo se marchó?

¿Cómo no me he dado cuenta hasta ahora de su huida?

¿Regresará?

Supongo que no.

Porque el cambio es continuo. El cambio es necesario. El cambio es inevitable. El cambio es creación, evolución, lo sé.

Pero es tan sigiloso, tan impredecible, tan suyo…

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