Adivina, adivinanza
¡Hola!
No sabes lo feliz que me hace dirigirme a ti, llevo mucho tiempo intentándolo y por fin hoy heme aquí y a ti, ahí.
No me presentaré, no ahora mismo, no quiero que dejes nuestra relación en este punto. Si me lo permites, jugaré contigo a las adivinanzas, te daré pistas y no te preocupes porque tan pronto como haya terminado con ellas, también te daré la solución.
¿Quieres saber quién soy? ¡Presta atención!
- Siempre voy contigo
- Puedes depositarme en un lugar, persona, un objetivo, un proyecto… en definitiva, puedes depositarme donde quieras aunque yo te aseguro que el lugar donde prefiero estar, es en ti.
- Algunas personas dicen que no me poseen y además, lo dicen convencidas, pero no es cierto. No poseerme es imposible.
- No tengo voluntad ni capacidad de decisión, voy allá donde tú me quieras llevar.
- Soy el instrumento que hará realidad todos y cada uno de tus deseos.
- Soy el instrumento que te impide alcanzar todos y cada uno de tus deseos.
- Algunos me relacionan con cuestiones con las que no tengo nada que ver.
- Cuando la vida se pone difícil, muchos aconsejan a otros que se refugien en mí para salir adelante.
- Tengo muchos sinónimos: creencia, certeza, convencimiento…
- Tengo algunos enemigos: duda, desconfianza, incredulidad, inseguridad. Eso dicen, que son mis enemigos, aunque yo creo que solo son nombres para denominarme a mí mismo cuando me colocas donde no debes. No puedes no creer como no puedes no pensar. No creer en algo, es en sí mismo una creencia.
- La felicidad y yo, somos inseparables.
¿Ya lo has adivinado? ¿Sabes quién soy?
En efecto, soy la FE y formo parte de ti. Nacimos juntos y continuaremos unidos vida tras vida. Yo lo sé y ahora necesito que lo sepas tú también.
Me apena enormemente escucharte decir… «no me lo merezco, no lo conseguiré, no soy capaz, me preocupa»… porque tras tus lamentos sólo s esconde un error: me has colocado en el lugar que no me corresponde. Por favor, deposítame en los logros, los éxitos la abundancia, la esperanza y el amor y verás cómo tu vida se ilumina.
Incondicionalmente tuya,
La FE.
Concepción Hernández. Todos los derechos reservados.
- Abandono la búsqueda
- Mis tres momentos