Alma (y su casita de muñecos)
Os dejo la reseña que Alicia Palmero @el_griterio, pedagoga y colaboradora del blog Libros y Literatura ha hecho de mi novela ‘Alma y su casita de muñecos’
Espero que os anime a leerla.
‘El concepto de muñeca rusa siempre me ha cautivado. Mientras leía Alma y su casita de muñecOs, se iba apoderando de mí una sensación similar a la que me despiertan estas muñecas: el afán por descubrir y por introducirme en lo extraño, en lo desconocido. Este libro encierra dentro de sí una sorpresa que a su vez desentierra otra. No solo encontramos esto en la trama, también los personajes están creados bajo esta ley, personajes que son algo más, que son en esencia lo más importante: el subconsciente y los mecanismos que entraña, lo cual es siempre fascinante.
El nombre de Pandora, el personaje principal en esta historia, es el mismo que el de la caja de Pandora de la mitología griega. Esto no es casualidad, ya que ambas acaban liberando los males que encierra esa caja. En el caso de nuestra protagonista, esa caja, es ella misma y junto a la ayuda de Alma, Bella y Pitusa conseguirá deshacerse de Aquello que la atormenta.
El libro nos habla del poder que poseemos para crear nuestra propia historia, y de la necesidad de ser conscientes de que nosotros somos los catalizadores del cambio. Hay algo que se repite durante todo el relato como un mantra: La creencia precede a la experiencia, y es que nosotros actuamos en base a lo que nos contamos. En este sentido, se aborda el concepto de recuerdos como algo que jamás puede ser objetivo, porque todos nosotros vamos tejiendo nuestros propios recuerdos, creando así nuestra identidad. No es algo estático, sino algo que muta con el paso del tiempo.
Pandora está compuesta por una culpa pesada que ocupa todas las dimensiones de su vida. Alma, su subconsciente, pondrá todo su empeño para ayudarla a aligerar la carga y hacerle de guía durante este proceso de limpieza emocional. Alma, una mujer preciosa, severa pero cariñosa, recuerda a una Mary Poppins interna, quien será capaz con la ayuda de la magia y de la pedagogía de ayudar a Pandora, es decir, de ayudarse a sí misma.
El concepto de creación vertebra todo el relato. Lo encontramos integrado dentro de un contexto artístico, ya que ambos conceptos: creatividad y creación, están íntimamente ligados. Durante las conversaciones que la protagonista mantiene con su subconsciente, entenderá que el arte es una manera de expresarnos y de hacer juicios, en definitiva, de mostrar quiénes somos y como percibimos el mundo. El hecho de que todo el mundo interior de Pandora esté materializado en el exterior funciona perfectamente con el mensaje que lanza la autora: la importancia de la objetividad y del juicio acrítico, ya que todo lo que le hace ser a Pandora quien realmente es, cobra distancia en la novela.
El libro está escrito a través de dos códigos antagónicos como son, por un lado, la representación de la realidad y, al mismo tiempo, la materialización de lo que no puede ser explicado mediante la razón, esto es, Alma y su casita de muñecOs. Lo fantástico tiene para Concepción la finalidad de explorar lo más hondo de sus personajes y llevarnos hasta el interior de nosotros mismos. Y agazapado y aparentemente inofensivo es donde se esconde Aquello, lo que Alma consiguió hacer tan pequeño que es imposible verlo, sentirlo. Algo incorpóreo que es capaz de poseerte y destruirte desde dentro como un espectro. Allí en su interior, es donde se produce la agresión. Donde habita lo no deseado, el gran villano de la novela.
Concepción nos pide que no dejemos de imaginar, de soñar, ya que esta es una poderosa herramienta para enfrentarnos a la realidad y descubrir quiénes somos y quienes queremos ser. Nos regala un espejo donde mirarnos por dentro, un viaje hacia el autodescubrimiento.