Buscamos causas a los problemas apuntando en direcciones equivocadas: hacia fuera, hacia los demás, enfocándonos en las circunstancias. De este modo, nos eliminamos de la ecuación de nuestra propia vida cuando lo cierto es que somos la variable independiente, aquella que hemos de modificar para alterar el resultado final. Deja de buscar causas y culpables y pregúntate en más ocasiones para qué, sé el centro de tu existencia y toma las riendas. La responsabilidad personal es una gran olvidada en nuestra sociedad rebosante de víctimas que persiguen ser el centro de atención. El camino del victimismo es un camino, desde luego, pero no es el camino.
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