Incomprensible para sí misma
“Y resultó, que de tanto esforzarse por ser comprendida, se había convertido en alguien incomprensible para sí misma. Que de tanto querer ser vista, había dejado de mirarse y de tanto como quería ser escuchada, había terminado olvidando el sonido de su propia voz. Así, casi sin darse cuenta, traicioneramente incluso, se había convertido en una desconocida”.
Concepción Hernández
- Nuestra verdad
- No me miró a los ojos