«¡Confía y suelta!». Prólogo

Prólogo por Julio R. Naranjo

Tengo el honor de prologar este libro que ahora tienes entre tus manos, querido lector, gracias al ofrecimiento de su autora, Concepción Hernández, Conchi para quienes disfrutamos de sus tersas letras y reconfortante amistad. En «Confía y suelta» la autora nos propone emprender el más apasionante viaje que uno pudiera realizar, en esta nueva era desbordante de una ingente cantidad de información, con unos medios de transporte que si hace un siglo ya previeron la llegada del hombre a la Luna, ahora prometen surcar el inacabable Universo que nos rodea. Y sin embargo, nunca como ahora la sensación de vacío y soledad ha calado tan hondo en un ser humano ávido por conocer y aprender, abrumado tal vez porque esa perenne búsqueda resulte tan complicada como imposible siempre será contar las arenas del desierto.

El sugerente viaje que en este maravilloso libro su autora nos propone, sin embargo, no requiere de grandes medios, ni siquiera recorre grandes distancias, a pesar de que si eres capaz de encontrar la senda que, tras desbrozarla de maleza, el camino nos mostrará, descubrirás la inagotable profundidad que en el fondo de tu corazón habita y espera a ser liberada. Porque en «¡Confía y suelta!», el protagonista no es otro que tú mismo; eres tú el centro de tu propio Universo, pero en ocasiones son tantas las cargas y pesares que a diario debes arrostrar, que nos impiden ver no ya el bosque, sino hasta los mismos árboles.

En el viejo frontispicio del Oráculo de Delfos luce una añeja y tal vez inquietante inscripción: «Conócete a ti mismo». ¿Realmente sabemos quiénes somos? Desprovistos del bagaje acumulado a lo largo de nuestras existencia; de la pesada carga que en ocasiones entraña asumir los errores cometidos, convivir con las penas sufridas y las heridas no cicatrizadas, olvidamos que a pesar de todo, nada ni nadie salvo nosotros mismos, podremos realmente transcender y llegar a ser aquello que debemos ser. Y para alcanzar ese grado de autoconocimiento, de conciencia de tu propio ser, la autora nos guiará, cogidos de su mano, la misma que transcribe lo que desde lo más hondo de su corazón el amor le dicta, hasta saber que en tu interior resuena el más grande secreto que a su juicio todo lo explica. Aquí y a hora, nada importa tanto como aprender a quererse a uno mismo.

Concepción Hernández, Conchi, es una de esas personas que, a decir de Oscar Wilde, brilla como los rayos intencionados del sol de la vida. Disfrutemos de su Luz.

 

Julio R. Naranjo.

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