Apenas un esbozo…

Os presento un pequeño adelanto de mi próxima novela…

«Preguntas cómo fue la experiencia.

Si dijera que fue dura, no diría gran cosa. Aquello supuso un golpe bajo, un shock y es en ese estado de confusión en el que continúo a pesar del tiempo transcurrido. Confusión sería un buen término para definirla, sí, confusión.

Me percibo en el interior de una crisálida en continuo proceso de transformación. No soy la misma. Desde el primer instante dejé de ser yo, al menos la yo que conocía, que me gustaba y odiaba al mismo tiempo, la yo cómoda que ya no me sorprendía, la yo que había alcanzado una cierta estabilidad en la vida y se creía a salvo. Ya no soy esa.

Se esfumó de repente. Como si nunca hubiese sido real, se desvaneció sin más. Me dejó tirada, no me acompañó al interior de mi nueva morada en la que, encerrada y aislada, continúo transformándome.

No sé si este proceso terminará algún día. No sé si saldré al exterior convertida en una majestuosa mariposa o en un nauseabundo gusano.

Quizá no abandone esta celda jamás, esta prisión en la que solo soy un proyecto, un boceto mal definido en continua zozobra.

Quizá también morí. Quizá estoy muerta. Algo sí, algo murió en mí y no consigo renacer, no me transformo en nada, no soy capaz de terminar el proceso. Estoy atascada en un encierro imaginario que nadie más percibe.Ellos, vosotros, los demás, no lo ven, no me veis.

Para muchos renací más fuerte, más serena, más segura. No es cierto. Estoy a medio camino entre la vida y la muerte. En una metamorfosis eterna e incompleta. En un continuo cambio que nadie más percibe.

Me tratan como si fuera la misma. Como si fuera mejor. Como si fuera más fuerte. Como si mi vida se hubiera pausado tan solo unos instantes, unas semanas, pero no se dan cuenta de que yo, morí. Y no soy esa a la que creen hablar, y mi vida no es la que suponen.

Me he convertido en una mera espectadora, contemplo el transcurrir de los días dentro de mi crisálida, encogida, asustada, dormitando sin apenas fuerzas.

¿Terminará así mi existencia? ¿Me iré marchitando hasta pudrirme sin más? ¿Alguien se dará cuenta de que en mi cuerpo ya nadie habita?¿Tan ciegos estamos? ¿Tan separados los unos de los otros? ¿Tan ajenos y distantes?

El tiempo lo dirá. El maldito tiempo que todo lo arrebata».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.