Ámate

No te excluyas a ti mismo. Ponte en primer lugar. Acéptate tal y como eres, con luces y sombras, con aciertos y errores.

Los demás, no podrán entenderte, no eres asunto suyo.

Piénsalo un instante y responde con franqueza, ¿quién reina en tu corazón? ¿A quién has permitido entrar? ¿Le acompañas?

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