«A una Sonrisa de tu Sueño» – FRAGMENTO

Hoy comparto un fragmento de mi novela «A una Sonrisa de tu Sueño», continuación de «Lágrimas de pan».

Una conversación, de las muchas que mantienen Linda Aurora (Guardiana de Almas) con su Ángel, Pío.

¿Quién no ha vuelto su mirada al Cielo en alguna ocasión en busca de guía, consejo o consuelo? ¿Quién no ha dudado, temido o sufrido por pura desesperación?

«− Siempre sé lo que vas a contestarme. Eres un Ángel muy previsible y de poca ayuda – estaba enfadada, regresaba paseando a Felicidad después de un día repleto de parones en el tiempo y regañinas a sus hijos. Caminar la relajaba siempre. Desahogarse con su Ángel, también – si me orientaras como es tu obligación, sería feliz; si me dijeras qué tengo que hacer, viviría en paz; si dejaran de jugar conmigo en el Cielo estaría tranquila, si…

− Condicional, condicional, condicional – interrumpió – la cuestión es que la realidad que percibes no debe interferir en tu estado de ánimo. El mundo funciona justo al contrario, ¿quieres una experiencia de vida hermosa y placentera?

− Con que fuera tranquila, sería suficiente.

− Piénsala así, siéntete como si ya fuera así, juega a engañarte, miéntete, disfraza la verdad hasta que te lo creas y no hagas caso a tu presente porque se trata del resultado de viejos pensamientos, de tus miedos y nefastos pensamientos del pasado. Ahora ya está hecho, tu realidad es y tan solo puedes aceptarla y amarla por ser creación tuya. Si se trata de una creación imperfecta o incompleta, moldéala de nuevo como si fuera un pedacito de barro girando en un torno, y comienza ¡ya! Eres responsable de lo que has creado y también de lo que crearás. Presta atención a lo que te gusta, habla de lo que te gusta, juega al me gustaría que… al …* ¡me encanta!… al … ¡sería maravilloso que…!*

− Me recuerdas a Rosabel, hablas como ella – dijo con desgana – siempre repite lo mismo.

− Pues escúchala y deja de lamentarte – se puso serio antes de continuar – de verdad Linda Aurora, si no te gustan mis respuestas, no preguntes.

A Linda Aurora el comentario de su Ángel le pareció desafortunado y su exposición lo más parecido a una regañina, ¿estaría terminando con la paciencia del Cielo? ¿lo siguiente sería un castigo?

*¡Linda Aurora no empieces!*, Pío consiguió detener, de nuevo, los pensamientos pesimistas de la Guardiana…* ¡deja de pensar! ¡haz una siesta, por Dios!»*





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